viernes, 12 de noviembre de 2010

La primera televisión cooperativa

El camino abierto por la Ley de Medios Audiovisuales para que la Cooperativa Popular de Electricidad de Santa Rosa tenga un canal de TV por cable tiene importantes antecedentes que tienen que ver con la misma vida institucional de la entidad solidaria y también con las aspiraciones de la sociedad santarroseña. En 1967, la entidad solidaria estuvo a punto de tener su canal propio.

Norberto G. Asquini

La primera vez que la CPE y los vecinos de la capital provincial soñaron con tener un canal de televisión abierta fue en 1967, cuando desde el gobierno nacional, por entonces de facto en manos del general Juan Carlos Onganía y la Revolución Argentina, se programó la licitación de señales de radio y TV.

Ya en septiembre de 1966, la CPE había comenzado a pensar en la instalación de la emisora local para la capital de la provincia. Raúl Isidoro D’Atri, uno de los integrantes de la entidad y director del diario La Arena recordó en una entrevista que “Santa Rosa no tenía televisión. Se le ocurrió entonces hacer una estación televisora y se estudió profundamente la factibilidad y calculó que más o menos, a los pocos meses, Santa Rosa podía tener una capacidad para la adquisición de 5.000 televisores”.

Movilizados.

Con la licitación pronta a darse, en mayo de 1967, se realizó una asamblea “pro-canal de televisión” en la Cámara de Comercio con la participación de diferentes asociaciones, para preparase para el concurso y adjudicación del Canal 5 de TV para que se radicara en Santa Rosa. Hubo entonces dos movimientos en este sentido, uno el de la capital y otro en Eduardo Castex.

D’Atri recordó: “Gestionamos ante el gobierno, que era (Helvio) Guozden. El presidente de la cooperativa era Mario Aragón, abogado de destacada actuación en distintas actividades, no solamente en el campo cooperativo. Fuimos y planteamos el asunto al gobierno para que simplemente nos gestionara el llamado, que lo tenía que hacer el Comfer. Tenía que llamar a licitación, con todas las exigencias, las especificaciones, y en licitación abierta, el que tuviera interés que viniera. Nosotros creíamos que no se iba a presentar nadie. Porque, ¿quién iría a una ciudad que tendría entonces 30.000 habitantes? Le presentamos el proyecto, y él lo acogió. Y mientras tanto nosotros seguíamos estudiando el asunto”.

Una función cultural.

“Teníamos –afirmó D’Atri– que ver cómo podíamos cumplir una función realmente cultural con una televisora así. Había que tener una programación. Teníamos que atender también al público, la expansión, pero se podía hacer con películas de calidad, obras de teatro de calidad”.

“Nosotros no íbamos a hacer publicidad, iba a funcionar menos horas, pero no íbamos a hacer publicidad. Y habían pasado unos meses, y en Pico y en Castex, salen dos movimientos vecinales, también encarando el asunto. Querían la instalación de un canal abierto”.

Castex, lógicamente, no estaba en condiciones de financiarlo, pero partía de la base del apoyo oficial. Es decir, que lo pusiera el gobierno y que ellos lo usaran. Empezaron a decir porqué todo en Santa Rosa, y los pueblos del interior no, que un canal de televisión para toda La Pampa no tiene porqué estar en Santa Rosa. Cosa que es cierto”.

El despojo.

El 1º de junio del 67, el diario La Arena publicó con un gran título: “Santa Rosa excluida del plan de radio y TV. Se contempla la licitación de un canal de TV y una emisora en Pico”. El gobierno de facto había aprobado el Plan Nacional de Radio y Televisión y la primera etapa era la licitación de 32 estaciones de radio. La cuarta y última etapa, se indicaba allí, comprendía la licitación de 23 canales de televisión, pero no se mencionaba a Santa Rosa. La medida causó estupor entre las organizaciones y vecinos de la comisión pro-canal.

Ese día, en una columna titular “El despojo”, La Arena afirmó: “El hecho que ha provocado la indignación general palpable en la ciudad sería revelador de la desconexión, del divorcio existente entre los organismos gubernamentales y la comunidad de la insensibilidad oficial frente a las sanas inquietudes, a los afanes de superación de la población y es demostrativo también de la improvisación y la incapacidad imperantes en los equipos técnicos del gobierno”.

Compromisos diferentes.

Los dirigentes santarroseños comenzaron a moverse. Una comisión viajó a entrevistarse con el titular de la Conart, el organismo rector del espectro radiotelevisivo. Luego del encuentro, realizado el 6 de junio, se supo que el canal abierto de TV no se iba a asignar a Pico sino a Eduardo Castex. En tanto, el gobernador Guozden les dijo a la comisión pro-canal que apoyaba la instalación en Castex, ya que tendría más campo de difusión geográfica, y que debería haber otra licitación para Santa Rosa.

“General Pico generosamente renunció a la idea y apoyó a Castex. Entonces nosotros fuimos a requerirle un pronunciamiento a Guozden. Fuimos Aragón, (Santiago) Marzo y yo, y cuando nos recibe nos dice: ‘Uy, qué problema que me traen ustedes’.

"Le dijimos: ‘Señor Guozden, nosotros no le venimos a traer ningún problema. Usted sabe bien que de entrada nomás nosotros no le vinimos a pedir un centavo al gobierno. Queremos darle a La Pampa un canal de televisión abierto, y lo va a pagar la cooperativa, lo va a administrar la cooperativa, lo va a usar el gobierno y no le va a costar un centavo, para la información de interés general’. Y no dijo, ‘No, pero yo no me refiero a eso, yo ya me comprometí con Castex’”.

Los porqué.

Guozden explicaría que durante la Fiesta del Trigo del año 67, la comisión castense lo fue a ver junto con vecinos de General Pico que los apoyaban. D’Atri afirmó: “Entonces el gobernador, sensible a esa argumentación, se comprometió con Castex. Y nosotros le dijimos a la gente de Castex: Ustedes nunca van a tener el canal oficial. Porque si el gobierno lo puede hacer no lo va a hacer en Castex. Porque lo va a manejar desde Santa Rosa. Porque lo va a utilizar en el 90 por ciento”.

“Por otra parte –continuó D’Atri– llegó a nuestro conocimiento, que otro de los problemas que se le creaba al gobierno con la cooperativa, es que la cooperativa, según la opinión de la curia, era gente que estaba dentro de la izquierda. Porque eso también circuló en el mundillo oficial. De todas maneras, él apoyó a Castex”.

Finalmente, en 1969 se comenzó a ver la posibilidad de instalar un canal de aire en Santa Rosa, pero estatal, cosa que se concretó en 1971 cuando emitió por primera vez Canal 3. La CPE debería esperar mucho tiempo más hasta poder comenzar a pensar en darle nuevamente forma a su proyecto de un canal de televisión propio.

(Publicado en revista 1 de Octubre)


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